lunes, 18 de junio de 2018


Los 6 elementos del sistema turístico

El turismo, más que una simple actividad consistente en viajar a un lugar diferente al de tu entorno habitual por al menos 24 horas y máximo 365 días, es un sistema perteneciente al sector terciario de la economía, mejor conocido como de servicios, en el que se interrelacionan 6 diferentes elementos.
El enfoque sistémico permite explicar el turismo como un conjunto amplio de actividades y actores interrelacionados, a la vez que pone de manifiesto las repercusiones, positivas o negativas, que puede generar en un territorio concreto.




La demanda turística: es el número de personas que viajan o desean viajar para utilizar instalaciones turísticas y servicios lejos de sus lugares de trabajo o residencia (Mathieson, 1990). Esta definición contempla la demanda real o efectiva, y la demanda potencial que estaría interesada enviajar al destino.


La oferta turística: es el conjunto de bienes y servicios puestos en el mercado. La oferta se clasifica en primordial y complementaria (De la Torre, 1980): la primera está integrada por los recursos turísticos y la segunda, por las empresas que componen el equipamiento turístico y los eslabonamientos. Los recursos o atractivos turísticos han sido considerados la materia prima de la actividad debido a que son los elementos de la cultura o la naturaleza con atributos para motivar a los visitantes y generar la corriente turística.

La infraestructura: es el conjunto de obras y servicios que sirven de base para el desarrollo de todas las actividades económicas, y en consecuencia, puede ser de uso común o puede ser específica del turismo. Es el soporte que permite la conexión entre centros emisores y receptores y el desarrollo del destino turístico, en especial, el transporte (rutas y terminales) y la comunicación.

La superestructura: está integrada por organismos públicos, privados y del tercer sector que tienen por objeto planificar y coordinar el funcionamiento del sistema turístico.

La comunidad receptora: Este subsistema puede considerarse el más reciente en cuanto a su incorporación en los estudios del sistema turístico. La población local, que no participa de manera directa en el resto de los subsistemas, tiene fundamental importancia para el desarrollo local. Esta teoría, en su aplicación al turismo, se ocupa de analizar las condiciones en que el conjunto de la población puede mejorar su calidad de vida a partir de la actividad turística.


Las dimensiones
En una primera etapa, la descripción de cada uno de los subsistemas que caracterizan un destino turístico fue de utilidad para la investigación y la planificación.

La dimensión económica: permite analizar los determinantes económicos de la actividad y las repercusiones del turismo en el contexto económico. Los determinantes más generales que favorecen la realización de turismo son el nivel de desarrollo económico de los centros emisores, y el ingreso disponible de las personas. Las políticas macroeconómicas y en especial la política cambiaria, tendrán un fuerte impacto en el sistema turístico.

La dimensión cultural: este análisis pone de manifiesto la conflictiva relación entre turismo y cultura. Es probable que en este ámbito se generen las discusiones más fervientes de la actividad, entre los defensores del turismo como actividad que promueve la paz y el conocimiento de los pueblos, y aquellos que lo consideran factor de aculturación y destrucción del patrimonio.
El turismo es un fenómeno cultural si se lo entiende como forma particular de utilizar el tiempo libre. La diferencial valorización del ocio en la sociedad genera el determinante más profundo del turismo, en tanto pauta cultural que prioriza formas diversas de descanso, recreación y creación (Munné, 1995).

La dimensión social: permite visualizar de manera específica la relación de los grupos sociales con el turismo, y su evolución a través del tiempo. Desde el contexto se analizan los determinantes del acceso a la actividad como el nivel de educación, ocupación, grupo etario y experiencias previas, que junto a los factores económicos ya mencionados, conforman la caracterización socioeconómica de la demanda, aunque este nivel de análisis, ya no tiene por objetivo describir la demanda sino analizar los mecanismos de inclusión y exclusión de grupos sociales en la posibilidad de realizar turismo.

La dimensión ambiental: genera una de las principales líneas de investigación en los últimos años, situación relacionada con las transformaciones ocurridas a partir de la década de los años setenta del pasado siglo, en cuanto a la conciencia ambiental, los movimientos sociales ecologistas y el impacto de las actividades humanas en los ecosistemas.

La dimensión política: El turismo es altamente sensible al contexto político dado que en situaciones de conflicto la actividad es inviable y las relaciones internacionales van a condicionar el libre movimiento de los turistas. A nivel nacional, un determinante fundamental para el sistema es el lugar que ocupa el turismo en la estrategia de desarrollo.

Conclusión:
El enfoque sistémico resulta fundamental para analizar la actividad turística de manera integral, incluyendo su estructura, la relación con el contexto en el que se desarrolla, y su finalidad de contribuir a mejorar la calidad de vida de quienes intervienen en ello.